Creadoras, no musas: teatro hecho por mujeres y para mujeres, en la ciudad de Pachuca, Hidalgo.

Por Dalia López Cortés y María de Lourdes Pérez Cesari

Tepeji del Río de Ocampo, Hidalgo

“En un mundo descartable, ¿qué valor tienen nuestras vidas,

nuestras experiencias, nuestro tiempo?”.

-Ciclo Biodrama, Vivi Tellas

La historia del teatro ha sido predominantemente abordada desde una perspectiva patriarcal, que ha silenciado las voces de las mujeres en historias, donde incluso, son mal llamadas protagonistas.

Este enfoque ha llevado a una instrumentalización de la presencia femenina en las artes, generando un registro limitado de su participación e influencia. México, específicamente en la región de Hidalgo, no es una excepción a esta dinámica. La memoria oficial apenas refleja de manera insuficiente el papel desempeñado por las mujeres en el teatro mexicano.

El presente ensayo tiene como objetivo principal, examinar la valiosa contribución de dos agrupaciones teatrales del estado de Hidalgo, ambas dirigidas y conformadas en su mayoría por mujeres y que constituyen un pilar fundamental en las nuevas narrativas teatrales del Estado. En este análisis, se incluirán tanto a las artistas teatrales, como a aquellas mujeres que, sin ser artistas, desempeñan roles fundamentales en los procesos teatrales locales. Estas mujeres constituyen un pilar fundamental que ha permitido el sustento del teatro en la región.

En el contexto del quehacer teatral en Hidalgo, estas mujeres han desempeñado roles multifacéticos y han asumido responsabilidades tanto en la creación artística, como en la gestión y organización de los procesos teatrales. Su participación abarca desde la escritura de guiones y la dirección, hasta la producción, la promoción y la formación de nuevos talentos teatrales. Su contribución no se limita únicamente al ámbito artístico, sino que también se extiende al fortalecimiento de la cohesión social y la generación de espacios de diálogo y reflexión.

Es importante destacar que la perspectiva de género aportada por estas mujeres, no solo se refleja en la temática de las obras teatrales, sino también en la forma en que se abordan y representan las problemáticas sociales. A través de su trabajo, se desafían los estereotipos de género y se visibilizan las realidades y experiencias de las mujeres, promoviendo la equidad y la igualdad en el ámbito teatral y más allá.

El presente ensayo expone el trabajo artístico de Eréndira Gutiérrez y Mayra Simón quiénes proponen puestas en escena donde se exponen discursos de índole social, que buscan romper con lo tradicionalmente establecido por un teatro predominantemente patriarcal, para así mirar situaciones cotidianas, historias de vida, violencias e inquietudes de mujeres desde sus propios contextos.

Lo primero que quisiéramos apuntar es que en el teatro, el discurso se define como “una toma de posición de los sistemas escénicos” (Pavis, 1988) y que en su enunciación, el discurso teatral puede ser dividido y estudiado en dos partes, «por un lado los discursos individuales de los personajes y por otro a partir del discurso globalizador del autor» (Pavis, 1988). Para efectos de este trabajo hemos decidido centrar la atención en los discursos globalizadores de las autoras, los cuales surgen a partir de la recopilación de las vivencias de distintas mujeres, así como identificar los puntos de encuentro entre ambas propuestas escénicas y la pertinencia de los temas expuestos. 

Se retoma el trabajo de los colectivos «Re-volver escena» y «Manzanitas Escena», con las obras Matrioskas: Reivindicación del silencio generacional y Los perros que solo reconocían las enaguas, respectivamente, quienes se centran en llevar de lo privado a lo público, mediante la práctica artística, los testimonios y las voces de las mujeres de sus familias. Por una parte se exponen vivencias personales de mujeres provenientes de una comunidad segregada, y por otro lado, se busca evidenciar el trauma generacional para romper con constructos socialmente establecidos desde un arraigo cultural y tradicionalmente heredado.

Identificamos que las propuestas dramatúrgicas proponen discursos escénicos que giran en torno a la documentación y ficcionalización de las vidas y los obstáculos a los que tuvieron que enfrentarse las mujeres de su núcleo familiar. Sin embargo, nos parece importante resaltar que los textos teatrales de ambos colectivos son diametralmente distintos. Por un lado, la propuesta de «Re-volver escena» expone situaciones de mujeres que crecieron en la ciudad y por el otro, «Manzanitas escena» habla de mujeres que pertenecen a una comunidad alejada de la misma. Por ende, las situaciones que exponen los personajes de ambas propuestas, representan realidades distintas en contextos distintos. De igual manera, se identifica que las motivaciones de representación escénica presentan diferencias, puesto que en la primera se busca una representación más apegada al testimonio y la otra, es una apuesta hacia lo idílico, lo poético y lo metafórico. 

Las propuestas escénicas parten de técnicas propias del Biodrama, del Teatro Documento, y del Teatro de lo Real para recopilar la voz de mujeres que comparten la experiencia de habitar una cultura en la cual, las mujeres no pueden decidir libremente, y en la que se espera aún que desempeñen el papel de la madre, el ama de casa y la cuidadora. Los personajes de ambas obras se enfrentan a diferentes contextos socioeconómicos. 

Entenderemos Biodrama como “aquella acción escénica que trabaja con la zona dramatizable de la vida, con las posibilidades escénicas de la vida.” (Montaldo), mientras que para hablar de teatro documento debemos tener en cuenta que este

[…]reproduce una síntesis de la temática latente de nuestro tiempo, intenta conservar la actualidad en su forma de expresarse. Sin embargo, al componer el material para una representación cerrada, fijada para un tiempo determinado y dentro de un espacio limitado, con actores y espectadores, el Teatro-Documento estará sometido a unas condiciones distintas a las que rigen para la acción política inmediata. El escenario del Teatro-Documento no muestra ya la realidad momentánea, sino la copia de un fragmento de la realidad, arrancado de la continuidad viva. (Weiss)

Como dramaturgas y directoras de escena, Eréndira Gutiérrez López y Mayra Edith Simón Fuentes, se colocan a medio camino entre estos dos modos de hacer teatro, los cuáles se concentran en abrir en los escenarios un espacio para la realidad, representada al hacer un acto político de denuncia, como dar luz a aquello, que no se considera digno de ser puesto en escena. 

Por su parte, «Re-volver Escena», estrenó en 2021 la obra Matrioskas: reivindicación del silencio transgeneracional, la cual tenía por objetivo analizar el linaje familiar para identificar el trauma generacional que atraviesa a las mujeres de la familia tanto a la actriz, Aileen Elizalde Gardini, así como de la directora Eréndira Gutierrez López, tomando la figura de la matrioska, una muñeca popular en Rusia que representa la maternidad y la fertilidad. 

Esta puesta en escena, mezcla los testimonios de varias mujeres entrevistadas para poner en evidencia la violencia patriarcal que sufren las diferentes generaciones de mujeres en el seno de un sistema familiar. 

Primero nos presentan a La Abuela, quién bajo el yugo del silencio, tiene que estar toda su vida con un hombre quien no le permitía ser ella misma, ni siquiera en su forma de vestir, y que de alguna manera se reencontró una vez que su marido murió. Después, la actriz le cuenta al espectador la vida de La Madre y el proceso de tener que seguir adelante sin importar el dolor que pudiera sentir luego de que su esposo inesperadamente le pidiera el divorcio. Por último, la actriz habla de La Hija, que podría ser ella misma y el cómo se construye a partir de la poderosa herencia de las mujeres que la anteceden y cómo estas influyen en su vida personal.  

A las mujeres que encontramos en la obra Matrioskas, de cierta manera se encuentran imposibilitadas a decidir sobre sus propios futuros, lo que se espera de ellas es que se conviertan en esposas y madres, siendo las encargadas de los cuidados. A pesar de que La Hija es capaz de identificar el patrón y romperlo, también tiene el deseo interiorizado de tener una pareja con la cuál conformar una familia. 

A nivel anecdótico, podemos decir que la obra tiene un alcance argumentativo complejo ya que logra dar visibilidad a los procesos de superación e incluso el silencio que muchas mujeres atraviesan o han atravesado a lo largo del tiempo. A su vez, la actriz reivindica a sus mujeres a partir de la confrontación de sus historias, lo cual tiene como resultado una transición catártica a nivel personal. 

El hecho de dar visibilidad a las narrativas expuestas por estas mujeres es un aspecto de gran importancia en la actualidad ya que la sociedad está cambiando, las mujeres logran identificar la violencia en sus experiencias y puede ayudar a que otras mujeres se reconozcan y reflexionen sobre su propia historia de vida y la de sus mujeres que las anteceden.  

Anne Ubersfeld menciona que “el discurso teatral es por naturaleza una interrogación acerca del estatuto del habla: ¿quién habla a quién? y ¿en qué condiciones podemos hablar?” (Ubersfeld 1977). En el caso de Los perros que sólo reconocían las enaguas, Mayra Simón Fuentes, plantea un entrecruce de los testimonios de 4 mujeres de la tercera edad,  habitantes de la comunidad de Manzanitas, en el municipio de Cardonal, Hidalgo. Al ficcionalizar los testimonios, construye un texto poético que narra las experiencias de vida de dichas mujeres que rara vez tendrían cabida en los escenarios hegemónicos, poniendo en el centro de la narrativa, los roles que dichas mujeres juegan en su comunidad, marcados fuertemente por los estereotipos de género. 

Nos parece importante resaltar que el municipio de Cardonal se encuentra en la región del Valle del Mezquital alto, en el occidente norte del estado de Hidalgo, caracterizado por la fuerte migración experimentada luego del proceso de industrialización en los años ochenta. Esto hizo que los hombres salieran de sus comunidades para buscar mejores oportunidades hacia las ciudades en crecimiento, como la ciudad de Pachuca, la ciudad de México o los Estados Unidos. A la postre, comunidades como Manzanitas se volverían espacios habitados por mujeres principalmente, que por una u otra razón se quedarían ahí -o volverían-, intentando mantener sus estilos de vida, sus costumbres y tradiciones. Así entonces, se presentan Teresa, Maura, Luisa y Tomasa, mujeres mayores que han atravesado varios sucesos que finalmente las han traído de vuelta a su lugar de origen, Manzanitas. En la obra encontramos una imbricación de sus historias, en la que cada una va exponiendo detalles de sus vidas y cómo es que llegaron hasta ahí. 

Con Los perros que sólo reconocían las enaguas , Mayra Simón logra lo que Patrice Pavis nombra como el nuevo teatro documental, una Faction , es decir una “mezcla de facts (hechos) y de fiction (ficción), según el término en inglés” que “permite legitimar, al mismo tiempo, el placer de inventar y la satisfacción de apegarse a lo real y descifrar su complejidad.” (Pavis, 2021). Consideramos que uno de los aspectos más potentes y conmovedores de la obra es el encuentro con los espectadores. En palabras de Mayra Simón Fuentes, cuando la obra fue presentada ante las mujeres de la comunidad, la respuesta fue “ya soy famosa”; esta respuesta de las espectadoras, regresa al teatro a su sentido político ya que el público se siente representado políticamente ya que el espectáculo da cuenta de sus situaciones particulares.

En total la comunidad alberga 12 mujeres. Todas ellas rodeadas por perros que las cuidan, así como a sus hogares y sus bienes. De esta forma, los perros sólo reconocen las enaguas. La historia está atravesada por audios, proyecciones, y finalmente un video que muestra un fragmento de los testimonios de las mujeres, a modo de teatro documental.

En cualquier caso, “Los perros que sólo reconocían las enaguas” es una apuesta creativa por mostrar 4 historias de una espacialidad periférica y contrastante con la narrativa hegemónica de la ciudad y el mundo urbano, poniendo de manifiesto un modo de vida al margen, anacrónico, que nos hace reflexionar acerca de la vejez, el papel de la mujer adulta en la economía, en la sociedad y en la cultura. Es a la par un reencuentro con nuestras abuelas o nuestras madres, y los retos que enfrentan en sus vidas por el simple hecho de ser mujeres, más la condición de haber nacido -o regresado- a su hogar en una comunidad rural.

En este sentido, la obra juega en el plano de lo simbólico con un sincretismo entre lo rural-natural, y lo femenino-maternal, al ser los mismos testimonios de las 4 mujeres un reconocimiento de su condición vulnerable y frágil respecto del mundo moderno que coexiste a su alrededor. Al reapropiarse su cultura de la forma que pueden, conservan la memoria e historia regional. 

En conclusión, consideramos que dar visibilidad a las narrativas expuestas por estas mujeres, pertenecientes tanto a la ciudad como a los zonas marginales, tiene un valor único, ya que abre espacios de representación mostrando personajes femeninos que tienen agencia y que son capaces de mirar críticamente y modificar sus experiencias, por lo que logran identificar las violencias a las que han sido sometidas, lo cual puede ayudar a que otras mujeres, las espectadoras, se reconozcan y reflexionen sobre su propia historia de vida, así como la vida de las mujeres que las anteceden.

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