Por Liliana Hesant*
Escrito en Jo’ (Mérida, Yucatán). 2023
En Tekax había que probar todo eso que ya estaba maquinando desde semanas antes, había que constatar si funcionaba o no lo que había planeado. Ahora que lo pienso, lo nombro como un salto de fe, pues en muchas ocasiones, y en ese momento en particular, estaba dudando mucho de mis decisiones creativas. ¿Por qué dudo tanto? ¿de dónde vienen tantas dudas? ¿qué procesos están ocurriendo en mí que no les he dado la suficiente atención?
Dos horas de viaje y llegamos a Tekax. No había señal, en mi celular tenía la ubicación del Instituto de la Mujer donde me esperaba Christian Tun, titular actual del recinto. Preguntamos a las personas que veíamos pasar por las calles y ninguna tenía la información. Yo tenía un vago recuerdo de dónde se encontraba, porque meses antes había ido a realizar la primera visita, pero dudé… estaba dudando de todo. Un viaje de dudas.
Llegamos al Palacio Municipal y ahí nos indicaron dónde estaba ubicado el Instituto.
Llegamos al lugar. Conocí a las colaboradoras, a las jefas de departamento, a las compañeras que trabajaban ahí y al escucharlas hablar, sentí mucha admiración. Me contaron del proyecto del refugio; de las actividades que habían realizado, como por ejemplo, se nombró una calle “Francisca Ávila Gutiérrez”, una de las tantas mujeres tekaxeñas que asistieron al Primer Congreso Feminista en Mérida; se remodeló el Museo de la Fotografía y se había colocado ahí una placa del Congreso Feminista, además de que el municipio ya tiene el compromiso de elaborar actividades anuales para conmemorar la fecha… así, entre tantas labores. Yo estaba fascinada, y como siempre me pasa, ya me quería mudar a Tekax.
Aquí en Tekax, también se había acordado que la presentación se llevaría a cabo en una comisaría. Y nos fuimos a Ticum, fueron al rededor de veinte minutos de viaje. Fuimos en una camioneta, pero antes de tomar rumbo a la comisaría, pasamos a buscar a varias mujeres que irían también a la actividad. Era maravilloso “pasar a buscar” a las mujeres, y en cuanto se subían a la camioneta, era toda una fiesta. Cada una con una personalidad alegre, efusiva. Por supuesto… pensé en el Primer Congreso Feminista y el bullicio de aquellas mujeres.
Llegamos a Ticum. Me presenté en una cancha del lugar. Llegó la primera espectadora.
Poco a poco comenzaron a llegar las mujeres. Paciencia. Confiar en el encuentro. Confiar en que ellas llegarán.
Un niño grita “es un solo para mujeres” y un señor responde “¿un qué?, ¿pues quién vino?”
Risas. Más Risas.
Estaba muy nerviosa, ya no me estresaba por no comenzar puntual, eso para mí es una victoria.
Respiré. Qué hermoso es respirar, a veces siento que olvido hacerlo con consciencia.
Comenzó la conferencia. Fue un solo para mujeres. Solo para mujeres. Me sentí muy mal por haber dudado tanto de mí. El diálogo al finalizar la conferencia fue enriquecedor. Opinaron mucho, opinaron con voz fuerte y clara. Fueron casi veinte minutos de diálogo. Me sentí muy mal por haber dudado tanto de mí.
Creo que la parte que más disfruto es cuando “termina el evento” y algunas mujeres se acercan a mí a preguntarme cosas. A hablar de varios temas. En ese momento hablamos de la luna y de lo bonita que había estado en esos días.
Regresé a casa y me prometí a mí misma ya no dudar, tanto, de mí. En confiar más en el proceso. CONFIAR que la vida, al escena, se nutre no solamente de un lado. Confiar en los encuentros y en su potencia movilizadora.
Continuará…
Un extra porque quiero que vayas a Tekax y luego echemos chisme; también podemos ir juntas.
Cómo llegar desde Mérida, en transporte público:
- Tomar la combi en la calle 62 entre 67A y 69, centro. La combi cuesta $75 pesos por viaje, por persona.
- Si vas en auto, solamente usa tu google maps.
*Beneficiaria del Programa Creadores Escénicos 2022 -2023 del Sistema de apoyos a la creación y a proyectos culturales (Fonca).