Por Aglaé Lingow

Monterrey, Nuevo León

Te amo hermana. Y yo lo apuesto todo por ti.

Así iniciaba la carta con la que di paso a una búsqueda y un esfuerzo constante por redactar mi primera obra de teatro: dejar de lado mis miedos, la desconfianza, el supuesto no saber, las miradas y palabras del qué dirán. No soy dramaturga. ¿Cómo nombrarme? Creadora, actriz, hermana, hija, mujer… todo eso.

Confiar. Confiar en lo que llevo conmigo para escribirme, y escribir, y escribir, insistir y seguirlo haciendo día con día, años tras año.

Cada vez se vuelve más difícil hacer teatro sin el apoyo de alguna institución. Hasta que por fin lo conseguí. Le aposté y lo logré: 

…Todo mi nombre, todo lo que soy y he construido en el tiempo, nombrarme así, asumirme así…

Este trabajo parte de textos personales y referentes biográficos sobre mi vínculo con mi hermana y mi madre. La historia es sobre unas gemelas bajo la maldición del estrago materno, este amor y cariño abrasador por parte de la madre, formando una relación dependiente entre madre e hija, arrebatando de esta última su identidad, su búsqueda personal de su ser mujer.

Creer en esta obra, crecer esta fraternidad, confiar en que juntas podríamos romper esta maldición y que dentro de nuestra gemelaridad, todo este amor pudiera ser una catapulta hacia otros mundos posibles y no solamente un espejo para que te vieras reflejada.

Hacer esta obra porque hay algo que decir, hay algo que decirte hermana.

Quiero que seas testigo de lo que imagino, de cómo pienso, de lo que sueño, quiero que acompañes este recorrido sobre nuestros momentos juntas, donde se vuelven presente nuestros recuerdos más entrañables que tejen memorias de hermandad, memorias que se revelan con una gran fuerza para enfrentar a nuestra madre y así, juntas romper el hechizo.

Desvanecer esta hermosa y cansada telepatía de ser siempre “las gemelas” y poder ser cada una, en su individual, en su deseo, en su ser mujer y hermana: Abril y Aglaé.

Yo te dí parte de este sueño y todo lo que el vincularlo contigo significa, sentir que entre nosotras existe un amor que empuja y resiste a perseverar la vida. Por eso lo hice, acudí a tu llamado… me necesitas.

– Aglaé, ¡ayúdame! ¡Me arrestaron!  Por favor no le digas a mamá – 

Aquello que tanto deseaba y que por fin logré, se va desdibujado al entregar enteramente y sin dudas todo mi financiamiento a mi hermana para sacarla de la cárcel. Ahora todo orbita alrededor suyo. Inició, tomó y devoró todo mi proyecto.  ¡Aglaé resiste! tu hermana aún te sostiene, ahora tenemos algo más en común; porque al estar en una situación de riesgo coincidimos en que no podemos acudir a la familia como lugar seguro, confirmamos que mamá no contiene, mamá se enoja, mamá no sabe hablar, mamá no escucha, mamá no es opción, mamá es un cocodrilo que resguarda a sus crías en sus fauces para luego comerlas, porque nunca sabemos qué le puede atravesar pero nosotras sí sabemos, nosotras nos tenemos la una a la otra. Al menos eso creí… 

¿Ahora qué hago? ¿Cómo inicio esta obra? ¿Ahora qué escribo? ¿Cómo hablo de mí sin hablar de ti? – te necesito – ¿Cómo sobrevivo a esta hermandad no correspondida? ¿Ahora dónde quedo yo? – corrijo, yo también me necesito- ¿Por qué apostar tanto y todo por mi hermana? -Tal vez yo estoy mal, tal vez yo estoy confundida- ¿Qué tanto de esta fraternidad se ha vuelto enfermiza e igual de devoradora que mi madre? ¿Por qué no puedo soltarme de mi mamá? ¿de mi hermana?. Por el momento, la familia no es opción. Me repito: -yo también me necesito-

Tuve que buscar otra hermana para hacer la obra: Grisel Mojica, me tuve que inventar una receta nueva para el pastel.

Cómo hornear un pastel en temporada de huracanes.

  • Leer cuidadosamente las instrucciones:

Retomar la investigación y el trabajo de mesa. ¿Cuál es el objetivo? ¿el súper objetivo? No quiero compartir. No quiero hacer trabajo de mesa. Me contengo porque tengo miedo a quebrarme, pero hacer teatro es un proceso de vida y así lo decidí. Entonces vulnérate, desbórdate, se generosa con lo que sientes y déjate acompañar por nuevas mujeres, nuevas formas; atraviesa y deja atravesar.

  • Pesar y dividir los ingredientes:

Aprendí que hasta lo más caótico también lleva su orden, así como los huracanes, saber que dentro de la tormenta las lluvias cesan, habrá calma. Cierro los ojos, me observo ¿De qué estoy hecha? ¿Qué tengo para trabajar? Explora, juega, baila, confía en tu cuerpo, esos son tus ingredientes; no hables de lo que no sabes, habla de tu experiencia, esa es tu escritura. Recuerda que el teatro no lo tienes que hacer sola, también se vale pedir ayuda. Aquí esta Gris, aquí esta Silvia, aquí esta Ale, ellas ahora son tu familia, confía en ellas, confía en ti. Guía y déjate guiar.

  • Ingredientes secos vs ingredientes húmedos:

Conocer bien los elementos que se van a utilizar y entender cómo usarlos, el orden altera el producto. Cada ingrediente tiene propiedades específicas que mezclados unos con otros accionan cambios químicos en la materia, hay una transformación, se crea algo nuevo. ¿Quién soy yo? No quiero confundirme, no quiero que mis texturas sean otras por estar siempre a tu lado. Necesito alejarme para poder observar, hacer espacio en mi cuerpo, tomar distancia para descubrirte a ti. Abril. ¿Cómo eres? necesitamos mirarnos y reconocernos para ser juntas pero sin apelmazarnos. Ser gemelas es ser una y estar la una en la otra, saberse separadas y saber que una no sucede sin la otra. Somos hermanas y lo seremos siempre. Sé y deja ser.

  • Precalentar el horno:

No puedes entrar de golpe. Observa, busca el momento adecuado, decide y sal cuando lo creas necesario, sé paciente, ya llegará el momento. No quites la mirada de tu objetivo, tienes que hacerlo, tu cuerpo está listo. No te preocupes por ella, ella sabrá qué hacer, hemos aprendido bien. Es momento de entrar en el ojo del huracán, de domar al toro. Revela y deja revelar.

  • Tiempo de cocción:

      FIESTA BRAVA.

Domar al toro, agarrarlo por los cuernos – cabeza con cabeza – yo mujer y tú mujer toro, desgarrarnos las entrañas hasta arrancarnos de la piel esos nombres: yo hija, yo hermana, tu madre. Domar al toro… aunque duela, hasta desconocernos, yo fuerte, yo débil, yo desecha, yo bien hecha, yo miedosa, yo poderosa, yo yo yo. ¡Acércate! ¡Corre de frente! Muestra tus intenciones, ¿Quién eres? ¿Por qué estás aquí? ¡No quiero dañarte! Necesito reconocerte. Esto es así ¿Eres un toro manso o bravo? Mujer toro, eres brava. No quiero lastimarte, pero un hechizo solo se rompe domando al toro; otra vez mujer, fija tu atención en punto, arremete pero dosifica tu fuerza, todavía te falta… tranquila… respira… vas de nuevo, enfócate en un punto, no mires arriba, nadie está allí, no tengas miedo. ¿Eres feliz con lo que haces? embiste una vez más. Mujer toro, avívate, aún queda una jornada, es importante llegar al final del duelo con o sin heridas. Mujer toro, recupera tu fuerza, no te desplomes, mira hacia adentro, por el centro, por la derecha, por la izquierda; profundiza y deshazte de lo que no eres, encuéntrate a ti. Mujer toro, eres brava, eres terca, tu supervivencia me mata, ¡entiende, no quiero verme a través de tu mirada! busca tu reflejo, yo no soy el tuyo ¡OLÉ! momento decisivo… mírame… quiero que me mires… pido silencio, la faena está a punto de ejecutarse a golpe de espada: 

una promesa

la de nunca soltarme 

cuchilla afilada 

en la nuca, en el cuello, en el lomo, en el pecho 

en los ojos 

una promesa 

no quiero verme a través de tu mirada. 

El toro cae.

  • Dejar enfriar el pastel:

Imaginar que es nuestro cumpleaños… el día que decidimos romper con la maldición. Una fiesta ritual. Se hornea un pastel, se encienden las velas, se comparten galletas, celebramos juntas: Grisel, Silvia, Ale y yo. Pedimos deseos. No se rompió la maldición y la tormenta dejó muchos estragos, no pude hacer la obra como quería, pero estoy segura de que algo en mí sí se rompió, algo muy fuerte, ese algo hoy me hace un poco más libre. 

Aquí estoy, aquí sigo, dejo seguir y está bien.